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Nuestro intestino y las bacterias

El gran zoólogo IIya Metchnikov quien trabajó por muchos años en el Instituto Pasteur de París fue quien estableció que en nuestro intestino estaba lleno de bacterias y que éstas eran parte de la vida humana saludable.



En investigaciones realizadas en países donde la población vivía hasta los 100 años, se descubrió que países como Bulgaria y los países mediterráneos en su alimentación se incluían muchos alimentos ricos en fibra y yogurt creado a partir de búlgaros. Y estos acontecimiento por qué fueron especiales, pues él observó la presencia de una bacteria (bacilo) capaz de formar ácido láctico que impide el desarrollo de otros gérmenes que dan lugar a la putrefacción de los alimentos, por ejemplo como lo que se observa al producir el yogurt. Y tiempo después se ha descrito que las bacterias para sobrevivir en el intestino necesitan de las fibras naturales de los alimentos. Así que son la pareja ideal, bacterias con efectos beneficiosos para el intestino y fibra.



Al conjunto de bacterias vivas que se encuentran en el intestino humano, es lo que técnicamente has escuchado como microbiota intestinal. Hoy sabemos que todo el cuerpo esta lleno de bacterias, pero en cada zona del cuerpo hay un tipo de bacterias que tienen su función específica. Si dichas bacterias se cambian de lugar entonces pueden producir enfermedad al humano, por ello el sitio donde están es perfecto para nuestra armonía.


Después de esa aclaración regresemos a las bacterias intestinales que es nuestro tema de hoy. Las funciones de la microbiota intestinal las podemos agrupar en tres:


1) Su capacidad para degradar un tipo de fibra llamada soluble que da lugar a los ácidos grasos de cadena corta (butírico, acético y propiónico: suenan raro, lo sé, pero así son sus nombres) imprescindibles para una buena salud intestinal y del resto del cuerpo.


2) Defensa ante otras bacterias que nos enferman. Por decirlo de una manera, las bacterias que viven en nuestro intestino ocupan una casa y consumen el alimento, servicios básicos para vivir, impidiendo que extraños se instalen y nos hagan daño.


3) Además de todo ello las bacterias amigo de nuestro intestino son capaces de comunicarse con gran facilidad con nuestro sistema inmunológico, produciendo de forma muy organizada componentes biológicos que nos defienden (inmunoglobulinas tipo A).


Por estos mecanismos descritos en estos puntos es como se explican los beneficios que se atribuyen a los productos que contienen éstas bacterias (probióticos): mejora algunos tipos de diarrea, disminuye la intolerancia a la lactosa, mejora el ecosistema intestinal, mejora el estreñimiento y la inflamación intestinal, mejora la respuesta inmunológica del organismo, protege ante el cáncer de colon, etc.


Extra: se sabe que la alimentación y el sistema nervioso están conectados, hoy en día se estudia la relación de la flora intestinal en mal estado y el desarrollo o empeoramiento de depresión y otras enfermedades psiquiátricas y neurológicas.


¿Y cómo obtenemos estas bacterias? desde que nacemos ya tenemos un arsenal de bacterias, pero con el paso del tiempo y nuestros hábitos, el tipo y cantidad de bacterias se pueden alterar, por ejemplo, al tomar antibióticos, al consumir una dieta baja en fibra, ingerir alta cantidad de grasa o azúcares, algunos conservadores, etc. Para reestablecer nuestras bacterias buenas, hoy podemos tener acceso a los llamados probióticos, que justamente son productos con bacterias con efectos positivos comprobados en el ser humano. Y los encontramos en gran variedad de productos como: lácteos fermentados, yogures, comprimidos, polvos, geles, ampolletas, gotas, etc. Solo escribe probióticos en tu buscador de internet y verás algunos ejemplos, para no hacer propaganda de ninguno en particular. Para que el producto tenga un efecto terapéutico asegúrate de que al menos tenga 1 billón de bacterias.


Así que como puedes apreciar nuestra vida sin bacterias en el intestino es incompatible. Cuídalas, apapáchalas, para que permanezcan en ti y puedan hacer su trabajo.



Si tus funciones intestinales están estables, es decir, tienes evacuaciones sin esfuerzo, sin dolor, sin inflamación, durante el día te sientes cómodo, no hay un exceso de producción de gases, eso es señal de que tu consumo de fibra y bacterias están en equilibrio. En caso contrario, alguno de estos elementos podrían estar en desequilibrio. Mi sugerencia es primero te enfoques a consumir adecuadamente fibras naturales a través de los alimentos y tomar suficiente agua, a veces con esto es suficiente para que las bacterias regresen a su equilibrio. En caso que no sea suficiente entonces si te sugiero tomar algún probiótico, de forma temporal. Al momento lo que se sabe, no es necesario tomar un producto probiótico todos los días y por largos periodos de tiempo, ni en niños ni en adultos.


Recuerda que toda terapia es temporal y tiene un alcance, la idea es dejar que nuestro sistema encuentre su balance en lo posible, en las condiciones y características de cada individuo.



Cruz BCS, Sarandy MM, Messias AC, Gonçalves RV, Ferreira CLLF, Peluzio MCG. Preclinical and clinical relevance of probiotics and synbiotics in colorectal carcinogenesis: a systematic review. Nutr Rev. 2020 Aug 1;78(8):667-687. doi: 10.1093/nutrit/nuz087. PMID: 31917829.


Mungovan, K. y Ratcliffe, EM (2016). Influencia de la microbiota en el desarrollo y la función del "segundo cerebro": el sistema nervioso entérico. El eje intestino-cerebro , 403.



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